Algunos tips para la iluminación de oficinas

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En términos generales el diseño de iluminación debe cumplir con objetivos como brindar seguridad, confort, resaltar una obra arquitectónica o crear un ambiente armónico; sin embargo, cuando se trata de iluminar oficinas se unen los puntos señalados, y algunos más, con el firme propósito de que la productividad de la empresa que contrata al profesional se mantenga en ascenso permanente.

Hace unos años la iluminación de oficinas era simplemente colocar tubos fluorescentes en serie dentro de un galerón enorme para alumbrar a los sitios de trabajo; en nuestros días es motivo de estudio de sinfín de factores, desde el amueblado y los materiales arquitectónicos, hasta la cantidad y calidad de luz que debe dispensarse en un recinto laboral.

Sobre cómo debe ser la luz en una oficina, Iluminet habló con el diseñador industrial Francisco Caridad, director de + Luz, División de Iluminación de Grupo DI, quien en primera instancia señaló que se debe partir del tipo de oficina de que se trate y de sus condiciones para determinar la tecnología a emplear; estos son algunos de los puntos más importantes de la plática.

Las oficinas pueden ser privadas o abiertas, y de ello depende la iluminación que se propone. Generalmente en las privadas es común tener dominio absoluto sobre la iluminación, mediante una serie de controles de la misma. En cambio, en las abiertas hay que conciliar los puestos de trabajo con el hecho de que haya gente o no ocupándolos y no se pueden pasar por alto las dimensiones de las mismas. Lo que se sugiere es utilizar el principio de cosecha de luz natural mediante sensores con fotoceldas, que controlen las líneas de luminarios en ejes paralelos a las ventanas, regulando la intensidad de cada una de ellos, de modo que se garantice el nivel mínimo requerido de iluminación en cada lugar de trabajo.

Por ejemplo, pensemos en una oficina abierta con tres líneas de luminarios: la primera de éstas, que está cerca de las ventanas, está apagada aprovechando la luz natural; la segunda está al 25% de su capacidad y la última al 75%; sin embargo, en todos los puestos de trabajo habrá un mínimo de 500 luxes y el ahorro de energía puede ser superior al 60%.

Cosecha de luz

Aunque 500 luxes es lo que marcan las normas para sitios de trabajo, el diseñador de la iluminación debe aplicar su criterio para decidir si puede ser algo inferior, dependiendo de los tipos de luz utilizados para lograrlo.

Para lograr el balance hay que tomar en cuenta el tipo de iluminación, y para ello hay cuatro formas de lograrlo: luz directa, indirecta, la combinación de ambas y finalmente lo que se conoce como la luz suave. Dependiendo de la aportación que dé cada uno de los anteriores tipos de iluminación se puede decidir si 500 luxes de promedio general es lo óptimo o si se puede bajar el nivel, por ejemplo, a 400 luxes, cuando haya contribuciones importantes de luz indirecta.

Es importante tener en cuenta la percepción. Cuando un sitio de trabajo se ilumina de forma directa, las superficies verticales y los techos quedan oscuros, creando lo que se llama «efecto caverna», que provoca estrés a los usuarios porque las pupilas abren y cierran constantemente.

Cuando se combinan diversas formas de iluminación se logra que las superficies verticales y techos estén mejor iluminadas. Entonces la percepción de la luz es mejor, porque no se concentra solamente en el sitio de trabajo y se distribuye en toda el área logrando disminuir la fatiga visual.

1. En la mañana, la luz de día es suficiente para iluminar el escritorio. La línea de luminarios cercana a la ventana ilumina poco, mientras la más lejana lo hace con más potencia a fin de mantener una luz constante en toda el área de trabajo. 2. Al mediodía la habitación es iluminada por la luz natural y ambas líneas de luminarios no trabajan. En un día nublado, los controles mantienen un nivel de iluminación que resulte agradable al trabajador. 3. En la tarde, las dos líneas de luminarios brindan la misma cantidad de luz para lograr una distribución uniforme en la habitación; como pronto el área de trabajo estará vacía los detectores reducen la luminancia o desactivan la iluminación.
1. En la mañana, la luz de día es suficiente para iluminar el escritorio. La línea de luminarios cercana a la ventana ilumina poco, mientras la más lejana lo hace con más potencia a fin de mantener una luz constante en toda el área de trabajo. 2. Al mediodía la habitación es iluminada por la luz natural y ambas líneas de luminarios no trabajan. En un día nublado, los controles mantienen un nivel de iluminación que resulte agradable al trabajador. 3. En la tarde, las dos líneas de luminarios brindan la misma cantidad de luz para lograr una distribución uniforme en la habitación; como pronto el área de trabajo estará vacía los detectores reducen la luminancia o desactivan la iluminación.

¿Qué sucede cuando hay monitores?
No sólo debe tenerse en cuenta la cantidad de luz, sino también la calidad. Hay normas en Estados Unidos y Europa determinantes en cuanto al deslumbramiento. Tenemos por un lado el deslumbramiento indirecto, que serían los reflejos provocados sobre monitores, papeles u otras superficies, ya sea por el brillo de los luminarios o por un contraste excesivo entre las superficies iluminadas. A su vez, el deslumbramiento directo se da por la luz que incide en los ojos del usuario, cuando éste se encuentra colocado a cierto ángulo en relación con los luminarios.

Una forma de resolver estos problemas es el uso de luz suave, que combina dentro de luminarios desarrollados con ese propósito, luz indirecta y difusa, sin aportaciones directas y logrando resultados de muy poco contraste. Nuevas tecnologías en luminarios de luz directa-indirecta, como los microprismas y la guía de ondas, han logrado que los difusores sean muy eficientes y que el deslumbramiento sea mínimo.

Otra tendencia en la iluminación de oficinas, para incrementar no sólo la productividad sino además el bienestar de los usuarios y el aprovechamiento energético, es la aplicación de la «luz activa» o iluminación dinámica. Para lograrla se requieren generalmente más tipos de luminarios y sistemas de control y automatización, lo que a fin de cuentas se traduce en importantes tomas de decisión en cuanto a inversión inicial y costos de operación en relación con la productividad.

Para que una iluminación sea lo más eficiente posible se necesita además que la reflectancia de las superficies de los espacios sea los más alta posible, por medio de colores muy claros (blanco de preferencia) en techos y muros, y en ocasiones también en los muebles.

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Francisco Caridad comenta a Iluminet que la tendencia en iluminación de oficinas es el uso de fluorescencia, existiendo la controversia entre los profesionales sobre si la luz debe ser cálida o fría.

La tecnología de LEDs es algo que todavía no se aplica con regularidad en iluminación de oficinas por razones de falta de eficiencia y costos demasiado elevados; su aplicación está de momento más orientada a lo arquitectónico y lo comercial.

Sobre una cultura de la iluminación en México nuestro entrevistado comenta: «Ahora hay más profesionales especializados y dedicados a promover el buen uso de la iluminación. En los últimos diez años ha habido un gran desarrollo a nivel conciencia y cada vez hay más conocimiento y aplicación de la disciplina. Además, empresas serias como Zumtobel y otras, publican información muy importante para los diseñadores de iluminación, desarrollan herramientas cada vez más precisas para prever los resultados que se pueden obtener y se preocupan por darle gran difusión a los avances del sector».

5 comentarios en «Algunos tips para la iluminación de oficinas»

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