El 3 de mayo se publicó esta nota en el Sunday Times de Inglaterra, en la cual el reportero Michael Sheridan informa de casos recurrentes de envenenamiento por mercurio en fábricas de lámparas fluorescentes compactas en China.
Los británicos dejarán de arrojar a la atmósfera 5 toneladas de dióxido de carbono para el 2012, época en la cual la incandescencia como la conocemos será retirada del mercado europeo. En China, donde se encuentran las plantas que producen los productos CFL más económicos y en mayor cantidad, se fabrican el 60% de las piezas que se consumen en Gran Bretaña y especialistas como doctores y abogados han alertado el creciente potencial de envenenamiento por mercurio en el personal que labora en fabricas con bajos niveles de seguridad, e inclusive se asegura que las minas de mercurio cerradas años antes por protección ambiental se están reabriendo para poder cubrir la demanda.
Fabricar las CFLs implica que los obreros manejen una pequeña cantidad de mercurio a veces sólido y otras líquido, y sea puesta en cada lámpara como parte de sus componentes, todo esto mientras el mercurio es reconocido a nivel mundial como una amenaza a la salud que puede dañar el sistema nervioso, pulmones y riñones. El gobierno británico tiene por escrito en sus recomendaciones que si una lámpara fluorescente se rompe se deberá de esperar 15 minutos con la habitación ventilada antes de proceder con cualquier tipo de limpieza.
En la parte sur de China se fabrican muchas CFLs destinadas al mercado occidental y abarcan grandes multinacionales y pequeños talleres con una variedad de condiciones de trabajo muy amplias. Pruebas en decenas de obreros han reportado niveles peligrosos de mercurio en sus cuerpos y algunos han requerido asistencia hospitalaria.
En Foshan City, las autoridades del gobierno ordenaron una revisión médica a los trabajadores de la fábrica de iluminación Nanhai Feiyang. Los resultados emitidos describen que 68 de 72 obreros tenían niveles de envenenamiento por mercurio a grado tal que algunos requirieron hospitalización.
En Tongren, un pueblo productor de mercurio un viejo trabajador recuerda sus días en la mina y remata mencionando: «Trabaje por 40 años en la mina y ahora mi cuerpo está lleno de enfermedad y mis pulmones acabados».
Si bien las CFLs prometen un futuro más verde para el mundo no perdamos de vista que alguno de sus componentes puede ser peligroso para el presente; las autoridades y grandes fabricantes de todo el mundo «civilizado» deberían de establecer estándares de seguridad sanitaria mínima para que las plantas en China y alrededor del mundo operen de la manera más segura posible.
Si quieres leer el artículo original lo encuentras en:
http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/asia/article6211261.ece
Y si quieres leer más información relacionada entra a:
http://www.enn.com/health/article/39837
Foto: Brian R. Hitch