No se suspende, se pospone seis meses Resplandor Teotihuacano

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El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alfonso de María Campos, anunció el 12 de marzo de 2009 que después de la valoración del proyecto por parte del Grupo Técnico Evaluador (GTE), el espectáculo de luz y sonido «Resplandor Teotihuacano» se pospone por lo menos seis meses, «y si no se encuentra la forma adecuada para iluminar la ciudad de los dioses, se suspenderá definitivamente».

Añadió que «la iluminación adecuada y respetuosa de las pirámides de Teotihuacan, cuya instalación no se aprecie a la luz del día y que no estorbe a los visitantes es lo que está generando el problema; la iluminación es el gran problema, si no se encuentra la solución, tendrá que prescindirse de ella. Aunque creemos que el plan de iluminación es viable, pero si hallamos que técnicamente es imposible se descartará.

«En el aspecto luminotécnico se requiere de por lo menos una etapa de seis meses para pensar, rediseñar la iluminación, porque el problema se centra en la dificultad técnica de iluminar volúmenes tan grandes, las observaciones del GTE son sobre todo en este aspecto; pensamos que seis meses es un aspecto suficiente para trabajar internamente en el Instituto con un equipo multidisciplinario.

«La parte central, el plan de manejo y el nuevo diseño de iluminación y las bases, pues las lámparas son las correctas pero no las bases, entonces tenemos que hacer ese nuevo diseño, presentarlo y ver como funciona. La opción es tener un prototipo antes de hacer cualquier otro cambio. Los seis meses son básicamente para dos cosas: el plan de manejo y el nuevo diseño», enfatizó de María y Campos.

Más voces
El vocero del Grupo Técnico Evaluador, Luis Arnal Simón, señaló a su vez que parecería que «la luz es protagonista, no el edificio y sus detalles arquitectónicos, consideramos que esto es una mala aplicación de la tecnología; la localización de las fuentes de luz es incompatible con la arquitectura, son demasiado visibles, obvias y agresivas y entorpecen la apreciación del monumento a la luz del día».

El doctor en Arquitectura Arnal Simón explicó que los trabajos hasta ahora efectuados para la iluminación de la zona arqueológica de Teotihuacan no provocaron daños en las pirámides, toda vez que los orificios y la colocación de barrenos se efectuó sobre una capa que corresponde a la reconstrucción moderna del sitio. «Lo que hoy vemos de los monumentos arqueológicos no es exactamente como fueron los originales; lo que se hizo entonces fue poner sobre la piedra original capas y escalones de la época moderna, esto tenemos que aceptarlo, todas las obras necesitan mantenimiento y restauración, entonces los barrenos están anclados en parte de los muros que fueron construidos en los años recientes, es piedra nueva que está ahí para darle forma, pero no afectan en cuanto a provocar algún daño en el monumento».

La página web del INAH informa que con «absoluta autonomía y libertad» el GTE realizó análisis y revisión de documentación, planos y gráficas, fotografías e información técnica sobre las luminarias y los procesos de restauración, y que llevó a cabo diversas reuniones y visitas de día y noche a la zona arqueológica; tras un mes de trabajo se redactó un documento que fue entregado al director General del INAH, y fue turnado al Consejo de Arqueología.

En el escrito se dio a conocer que no se encontraron evidencias de que se haya puesto en peligro la estabilidad de las estructuras; los expertos en estructuras y cálculo, geología y mecánica de suelos, arqueología teotihuacana, arquitectura de conservación, urbanismo, luminotecnia, restauración y conservación, constataron que los barrenos hechos -a una profundidad de 5 centímetros- en las pirámides del Sol y de la Luna para fijar las luminarias, se hicieron sobre la coraza contemporánea, que cuenta con un grosor de 20 a 100 centímetros, sin haber afectado elementos originales.

Los integrantes del GTE -Roberto Meli, Efraín Ovando Shelley, Linda Rosa Manzanilla, Agustín Espinosa, Luis Arnal Simón, José Luis Cortés Delgado y Philippe Amand- consideraron que el peso de las luminarias es insignificante y por ello no afecta a las edificaciones, pero se recomienda hacer algunas modificaciones al proyecto.

En el mismo documento se emitió una serie de recomendaciones tendientes a mejorar los dispositivos diseñados para la colocación de luminarias y la reducción de la intensidad del color de las luces que se aplicaría a los monumentos. Asimismo, se manifestó que es conveniente una actualización del contenido del guión de recorrido, en la que se brinde una visión de Teotihuacan como una ciudad excepcional para su época, por su tamaño, su grado de planificación urbana y su perfil como una sociedad que incluyó diversos grupos étnicos.

Los resultados de la evaluación fueron entregados a la Cámara de Diputados, al Gobierno del Estado de México y a diversas organizaciones del INAH, entre ellas el Consejo de Arqueología, órgano colegiado que determinó que en un plazo de seis meses deberán cumplirse las recomendaciones y posteriormente se volverá a hacer otra evaluación para no afectar la zona arqueológica.

Miembro del Consejo, Roberto García Moll, dijo que el problema fue quizá la falta de tacto al empezar a colocar esas luminarias; «si alguien entra a tu casa y la raya con un graffiti es una ofensa, algo así pareció ser, no hubo la suficiente prudencia para no hacer lo que se hizo, aunque lo que se hizo no le cause un daño estructural a la pirámide».

Finalmente, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieta, declaró que de manera conjunta con el INAH se determinó que técnicamente era conveniente hacer algún rediseño en la iluminación de la zona arqueológica de Teotihuacan.

El funcionario enfatizó que el proyecto no está suspendido, y declaró estar convencido de la necesidad de un plan para darle un impulso mayor a la actividad económica de la zona con una inversión proyectada de 95 millones.

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