Nuevamente un grupo de investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer, ubicado en Troy, Nueva York (Estados Unidos) nos da la nota en relación a la tecnología LED, pues ha desarrollado y demostrado un nuevo tipo con mejoras significativas en la iluminación y en su eficiencia energética.
El nuevo LED presenta un 18% de aumento en la producción de luz y un 22% por ciento de aumento en la eficiencia energética, parámetros que miden esencialmente la cantidad de electricidad que el LED convierte en luz.
El nuevo dispositivo, desarrollado en colaboración con Samsung Electro-Mechanics, logra aminorar de manera notable la caída de eficiencia, un fenómeno que provoca que los LEDs alcancen su mayor eficiencia al recibir corrientes eléctricas de baja densidad, en tanto que la pierden cuando las corrientes con que se alimenta el dispositivo presentan densidades más altas. La causa de esta reducción no se conoce bien todavía, pero los estudios han demostrado que es probable que la fuga de electrones constituya una gran parte del problema.
Esta caída de eficiencia es objeto de numerosos estudios, ya que actualmente los LEDs de alto brillo operan con densidades de corriente mucho más allá del nivel donde la eficiencia tiene su máximo.
Este problema ha venido imponiendo un obstáculo tecnológico para la implantación de los LEDs en diversas áreas de aplicación, porque reducir las densidades actuales hasta los valores donde los LEDs son más eficientes es inaceptable. Sin embargo, el nuevo LED, que tiene una región activa radicalmente rediseñada, afronta este problema con resultados prometedores y trae los LEDs más cerca de poder operar eficazmente con altas densidades de corriente.
Los investigadores descubrieron que cierto efecto que muy probablemente es el responsable específico de la fuga de electrones puede reducirse mucho mediante la introducción de un nuevo diseño de barrera cuántica.
El director del proyecto E. Fred Schubert está convencido de que una nueva oleada de dispositivos basados en LEDs e iluminación de estado sólido suplantará al foco tradicional en los próximos años, llevando a beneficios para el medio ambiente, un importante ahorro energético, notables recortes en otros costos, y numerosas innovaciones en el cuidado de la salud, el transporte, las pantallas digitales y la interconexión en redes informáticas.
El Instituto Politécnico Rensselaer presentó hace unos meses un informe especial en el se estima que si en todo el mundo se reemplazaran todos los focos fluorescentes por otros de tecnología LED, en tan solo 10 años se reduciría el consumo de carbón en casi 153 millones de kilolitros, se podría prescindir de 230 plantas nucleares y se reducirían unas diez millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, se lograría un ahorro mundial en electricidad de 1.83 billones de dólares.
Información: Noticias de la Ciencia y la Tecnología